martes, 20 de octubre de 2015

El desplome de la bolsa China arrastra a los mercados globales y preocupa a los inversores

La caída del índice de Shanghai llegó a hundirse hasta el 8,49%, arrastrando la renta variable de todo el mundo



  Mónica yepes

El desplome de la bolsa China empieza a ser estructural y retroalimenta las dudas sobre la segunda economía del mundo. Y es que no ocurre todos los días que la bolsa de la segunda mayor economía mundial se despeñe más de un 30% en menos de dos meses. En un año, el índice de la Bolsa de Shanghái se ha revalorizado en un 150% y alcanzó su nivel más alto el pasado 12 de junio, antes de encadenar unas caídas que han provocado pérdidas de unos 3 billones de euros, sobre todo entre los pequeños inversores (un 90 millones de personas).

Los analistas independientes siguen constatando una economía mucho más frágil de lo que las autoridades parecen admitir, tal es el caso de Carlo Cottarelli, experto del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha querido rebajar las alarmas declarando que “Es muy prematuro hablar de una crisis económica en China. Su desaceleración económica y una marcada caída en bolsa no anuncia una crisis sino un “necesario ajuste” de la segunda economía más grande.”

FUENTE: Agencia EFE


El colapso de la Bolsa China empezó a raíz de que en medio de una desaceleración económica y en una apuesta por apoyar la financiación de empresas ya altamente endeudadas, el Gobierno incentivó la participación en Bolsa de pequeños inversores. Esto, unido al apoyo de las autoridades a las empresas tecnológicas, contribuyó a alimentar las expectativas de los inversores y a empujar las cotizaciones más allá de lo que justificarían los factores fundamentales de la economía. Muchos de ellos entraron en el mercado en los últimos meses atraídos por la posibilidad de obtener rápidos beneficios sin tener apenas experiencia.

Con el objetivo de frenar la desaceleración, el Gobierno chino desplegó un conjunto de medidas de rescatepara estabilizar el mercado: creó un fondo de contingencia, ha comprado acciones de compañías públicas, suspendido la salida a Bolsa de nuevas empresas, prohibido a los grandes accionistas y directivos vender sus participaciones, han inyectado grandes cantidades de dinero para el crédito marginal (para que firmas y particulares puedan invertir en Bolsa) y una de las medidas tomadas últimamente por Pekín fue la de devaluar casi un 5% el Yuan respecto al dólar.

Su intención es volver a aumentar las exportaciones en un momento de debilidad de la economía mundial y es que un Yuan más débil haría más atractiva las exportaciones de su país a ojos de los compradores internacionales, y sería una manera rápida de revitalizar las finanzas del país.  

El problema es que ayudar a su economía puede poner en peligro la de otros. "En el mejor de los casos será un juego de suma cero: lo que es bueno para el crecimiento en China desafortunadamente es malo para todos los demás", advierte Bill McQuaker, de la gestora Henderson Global Investors. Además, esto podría ocasionar tanto una guerra de divisas (lucha donde los países compiten entre ellos para alcanzar un tipo de cambio bajo para su propia moneda) como una falta de confianza en los inversores


No hay comentarios:

Publicar un comentario